sábado, 3 de julio de 2010

Tic-tac


Buenos días, mundo. ¿Me haces un regalo hoy? Me gustaría levantarme de la cama y encontrarme una rosa. Roja no. Blanca. Pura. Para escribir en ella como si fuese una página nueva. Una rosa dejada por alguien que piensa en mi y a quien todavia no conozco. Lo sé. Un contrasentido. Pero me haría sonreir. La cogería y me la llevaría al instituto. La dejaría apoyada en el pupitre, sin más, sin decir nada. (...) La dejaría alli toda la mañana. Después, a última hora, arrancaría uno a uno los pétalos y, con un rotulador azul, escribiría letra a letra, una sola en cada pétalo, la frase de aquella canción tan bonita: " Entre los obstáculos del corazón hay un principio de alegría que me gustaría merecer...", y después tiraría los pétalos por la ventana. El viento se los llevaría. Podía ser que alguien los encontrase. que volviese a ponerlas en orden. Que leyese la frase. Y que me viniese a buscar. Él quizá. Ya. Pero ¿quién es él?.


Se escapan las palabras a mi entendimiento y las sonrisas se vuelven amargas, ya no hay sueños tras el espejo... ni aquella luz en tu mirada. Llega la noche, al fin terminó el día. Canta un reloj insoportable, tic-tac tic-tac... Pierdo la mirada tras los cristales de mi ventana, donde la luna se esconde bajo un cielo gris de Octubre. Una noche más sin estrellas, otro día sin un ''te quiero'' cara a cara que yo sienta realmente... Podría reír o tal vez llorar... pero se me escapan los motivos. Y me pierdo como cada noche entre las sábanas, con un ojo medio abierto por si la ilusión quisiera regresar. Duerme el mundo... Llora el cielo... tic-tac tic-tac...

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